
Yo no me imaginaba que los españoles fueran tan payasos, tan ridículos, tan antipáticos. Y, por otro lado, en algunos campos, tan inteligentes.
Hoy apenas se comienza a ver una España vista por los españoles.
Pero... ¿qué es esto! Habladores, chismosos, de mal gusto, broncos, bestiales, antipáticos, feos... No, yo me acuerdo cómo era España —más o menos en la época de García Lorca— cuando llegaban los refugiados. Era otra cosa; había españoles muy cultos. Ahora lo que se ve es a una España ratonera, vulgar, tonta, y, al mismo tiempo, a una España educada, culta, con una sabiduría del lenguaje, de la ciencia, preciosos. Una España muy europeizada, pero también muy boba.